Y cuando llegué, ya se había ido una vez más la esperanza de comenzar algo, acompañado claro. Siempre se da el momento de llegar lejos, pero siempre con esa eterna soledad, y cuando más te busco y quiero que estés a mi lado, tú sólo te vas... No se si no te das cuenta o simplemente lo haces por que no te importa, o creo que sólo te importas tú, y siempre tú. Ya no me gusta recordarte pues vienen a mi mente cosas en las que odio pensar, pero a la vez, irónicamente o no, tantas cosas que me gustan hacen que te recuerde... ¡demonios!
Es una sensación extraña, odio y amor, tan cercanos, con una brecha tan pequeña que los separa, prácticamente se está de un lado y del opuesto, y nadie escapa. Yo quiero escapar pero es más difícil cuando ni siquiera estuve, o al menos como me hubiera gustado. Peor aún, ahora me toca a mi, y cuando más odio tu forma de ser, más te quiero imitar... ¿algún consejo útil? No vale la pena, de cualquier manera te ignoraré, para después imaginarte, y entonces en ese pequeño mundo donde yo mando, puedo vivir mi sueño... ¡un momento! Me dijeron que este sueño era vida... o ¿era al revés? Sigo creyendo que puedo controlar la vida, pero no el sueño, vaya problema...
Me caes mal, pues estás pensando lo mismo que yo, pero al revés, te pienso y me piensas, grave problema, linda solución, tú la planteaste, yo sólo escuchaba...